Oxiuriasis (Lombrices)

¿Dónde habitan las lombrices?

Las lombrices inmaduras se localizan en el intestino delgado. Las adultas, que son
como un pequeño trozo de hilo blanco de 0,5 a 1 cm de longitud, viven en el
intestino grueso, desde donde migran generalmente por la noche hacia los
márgenes del ano y sus proximidades, y aquí las hembras depositan sus huevos
que contienen las larvas.

La cubierta de los huevos es pegajosa y origina irritación y picor. Cuando el niño se
rasca, los huevos quedan en los dedos y debajo de las uñas, con lo que, si se lleva
la mano a la boca, puede tragarlos; las lombrices salen de los huevos en la porción
superior del intestino y en aproximadamente dos semanas se reproducen e inician
de nuevo el ciclo.

Debido a que las hembras mueren después de depositar los huevos en la piel
perianal, es necesaria la reinfestación por autoinoculación o por infestación
adquirida de otros, para mantener la oxiuriasis en una persona.
Los huevos se diseminan en los diferentes ambientes del hogar, sobre todo en
dormitorios y baños, contaminan los objetos, alimentos, agua y piscinas. Y
permanecen viables en el interior de los edificios, por lo general de dos a tres
semanas.

El contagio se produce a través de los huevos larvados, ya sea por ingestión o
inhalación de los mismos. Los huevos pasan de niño a niño a través de las manos o
al compartir juguetes, ropa, sábanas, WC. Además son muy ligeros y flotan en el
aire. Aunque es un bulo muy extendido, no existe ninguna relación causal entre la
toma de golosinas y aparición de lombrices.
Es frecuente la infestación de otros miembros de la familia.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas generalmente comienzan de 2 a 4 semanas después del contagio. Lo
más frecuentes son el picor o prurito en la región anal, el cual es más intenso
durante la noche, pudiendo producir problemas como sueño intranquilo,
irritabilidad, despertares frecuentes, pesadillas e incluso sonambulismo. Suele
acompañarse de prurito en área de los genitales originando irritación e inflamación
secundaria al rascado.

En las niñas, los oxiuros pueden llegar a la vagina o a la uretra, dando lugar a
irritación vaginal con picor, flujo o menos frecuentemente, molestias al orinar.
No se ha establecido relación causal con síntomas como dolor abdominal, falta de
apetito, mala ganancia de peso, cansancio, anemia, hiperactividad ni rechinar de
dientes (bruxismo).

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se establece cuando los “gusanos” adultos son visualizados en la
región perianal, que se examina con mayor facilidad 2 ó 3 horas después de que el
niño se haya dormido.
De forma alternativa se puede realizar el Test de Graham, que consiste en la toma
de muestra mediante una cinta adhesiva que debe ser transparente (no solamente
translúcida) para recolectar en la región anal y perianal cualquier huevo, con el
objeto de visualizarlos directamente luego con un microscopio. Se deben obtener
tres muestras consecutivas cuando el paciente se despierta por la mañana y antes
de lavarse.

¿Cómo se trata?

El tratamiento es simp le y eficaz. Existen varios medicamentos para tratar esta
infestación, aunque ninguno destruye los huevos, por lo que es necesario repetir
una segunda dosis dos semanas después de la primera, para eliminar las lombrices
que se hayan desarrollado a partir de los huevos en ese periodo.
Suele ser conveniente que tomen el tratamiento todos los miembros de la familia.
El tratamiento se realiza 1 vez y debe repetirse a las 2 semanas (el más usado).
Las personas infestadas deben bañarse por las mañanas, el baño elimina una gran
proporción de los huevos. Cambiando con frecuencia la ropa interior y la de la cama
se puede reducir la contaminación del ambiente local y el riesgo de reinfestación.
Si los oxiuros reaparecen, es mucho más probable una reinfestación que un fallo
del tratamiento. Las infestaciones repetidas deben tratarse de igual manera que la
primera.

Algunas recomendaciones

No hay motivo para modificar la dieta o las actividades de su hijo. Puede continuar
asistiendo a la escuela o guardería, aunque conviene tratar este pequeño problema
cuanto antes. No existe necesidad de restringir su contacto con otros niños,
siempre que las medidas higiénicas sean correctas.
La infección por oxiuros es tan frecuente en los niños que es prácticamente
imposible impedir su diseminación. Una apropiada higiene doméstica, con adecuado
lavado de manos después de ir al servicio, y el mantenimiento de las uñas limpias y
cortas son medidas razonables.

El empleo de un pijama cerrado impide el contacto directo de los dedos con la
región perianal y la diseminación a las ropas de la cama .

La ropa de su hijo, especialmente pijama, toallas y ropa de cama, debe lavarse con
agua caliente el primer día que tome la medicación, evitando sacudirla para no
diseminar los huevos del parásito por el aire. Por el contrario, esterilizar los
juguetes, desinfectar los muebles o lavar excesivamente cortinas o alfombras, son
medidas sin eficacia demostrada.

Debido al alto grado de reinfestación, el control se hace difícil en las guarderías y
escuelas. En instituciones puede ser efectivo el tratamiento simultáneo y masivo
de todos los componentes y repetirlo a las 2 semanas.
Web de la AEPap

Web de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria
Equipo de redactores de “Preguntas más frecuentes (de la A a la Z)” 

Fuente:www.aepap.org

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