Nutrición infantil actual = INDUSTRIAL

La progresiva transformación de la forma de criar a un niño en un campo científico ha llevado a dar valor a la idea de que sólo los ‘expertos’ poseen suficientes garantías para saber alimentarlo de forma correcta. La creciente confianza en el pediatra y en los alimentos industriales ha abierto un nuevo y gigantesto mercado: los alimentos dietéticos para niños. El destete se ha convertido en un sector de competencia del pediatra. La madre, el bebé y la familia están sumergidos en una especie de ‘aprendizaje sanitario obligatorio’ que tiende a sugerir que cuanto más asistido esté el crecimiento por el pediatra, el farmacéutico, la industria farmacéutica e infantil, mejor se estará llevando a cabo.

La industria farmacéutica y los pediatras (éstos últimos ‘comprados’  y ejerciendo como un vehículo de publicidad para las casas farmacéuticas más que como educador sanitario real) apoyándose en su propia competencia y status, y aprovechando esa inseguridad creada e impuesta de los padres, han conducido hacia un destete cada vez más temprano, precoz y artificial.

Ni el pediatra ni el farmacéutico son expertos en Nutrición, al igual que no son (debido a sus formaciones) unos expertos en el campo de la educación .
El pediatra es un médico preparado para actuar frente a patologías y a problemas del niño que no está sano, no es un profesional que deba seguir el crecimiento de un niño que se encuentra bien. No hay que abusar del pediatra, úsalo para la salud de tu hijo pero no le preguntes si es bueno llevarlo a la guardería o si puede comer ésto o aquéllo porque ni él mismo sabe si la leche de soja es buena o crea alergias o si ya puedes introducir carne o pescado, ya que se deja llevar por las pautas de la publicidad engañosa y por las modas alimenticias del momento.
La mayoría del consumo de leche es en polvo con un gigantesco volumen de negocios, intereses y poder para las multinacionales de alimentación infantil y una igual disminución de poder, riqueza y de autoestima para la población.

Destetar con alimentos dietéticos, sintéticos y químicos (de farmacia) significa medicamentar el crecimiento de nuestro bebé.
Los alimentos que ofrece la industria de la alimentación (pronto deberán cambiarse el nombre porque alimentos suministra bien pocos) para los niños son fabricados de forma sintética y científica: Se establece una determinada cantidad de proteínas, sales minerales y vitaminas, y se construye de forma artificial un alimento que respeta estos porcentajes pero que carece de vida, de individualidad biológica.

¿Bebé autosuficiente?

Los alimentos industriales infantiles contienen aditivos con diversas funciones que aumentan la consistencia y evitan la separación de los ingredientes: Ácido cítrico sintético que impide la oxidación; ácido ascórbico sintético que emulsiona; y aceites vegetales hidrogenados (grasas saturadas químicas)  que ‘mejoran’ la resistencia del alimento y le dan un sabor ‘agradable’ para los niños, es decir, un sabor adictivo manipulando el sentido de su gusto.

Así se obtienen ‘papillas’ vitaminizadas, precocidas, instantáneas, homogeneizadas, liofilizadas que han producido generaciones enteras de niños rechonchos, hiperdesarrollados, ‘construidos en el laboratorio’, al igual que la ‘comida’ con la que se alimentan. A ésto no se le puede llamar salud infantil, sino obesidad infantil y otras enfermedades como la diabetes infantil.

La difusión de estos alimentos industriales es debido a la presentación por parte de pediatras y por la publicidad maliciosa, de que el destete sólo puede tener lugar a través de una comida ‘especial’. Y las madres al tener poca información y/o educación nutricional y alimenticia compran estos productos que su bebé tomará con pasividad debido a la igualdad de olores, sabores y consistencias.

Estos productos tienen pocas cualidades nutritivas y factores de defensa reducidos creando grandes desequilibrios en sus pequeños e inmaduros organismos:la esterilización también reduce los factores de defensa del propio alimento; el contenido vitamínico es más débil que el producto fresco; caducan al cabo de cinco años (la fecha de fabricación está codificada pero la de caducidad está marcada con claridad) es decir, muchos de estos productos pueden estar circulando por el mercado desde hace años; los liofilizados (alimentos que se les elimina el agua) no se les pone fecha de caducidad, por lo tanto, es obvio que el valor biológico de un alimento tan manipulado deja mucho que desear.
Si desde el principo queremos dar una alimentación sana a nuestro hijo, debemos seguir las reglas de la Naturaleza. Por tanto, cuanto menos se parece una comida a su presentación natural, menos sustancias nutritivas contiene.

Y un aviso a las Madres Nutridoras: Vosotras sois las que realmente tenéis el poder, el poder emocional y nutritivo. Sois las únicas que tenéis el instinto femenino para saber cuál es el momento de destete y cuál es la mejor alimentación para vuestro bebé. Confiad en vosotras, en vuestras decisiones. Sois mujeres sabias, madres conscientes de vuestro potencial.

 

Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com

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