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CARTA ESPECIAL, ‘GURASOEI GUTUNA’

Es una traducción de: GURASOEI GUTUN BEREZIA publicado en GOIBERRI el 20/11/2015

beraiek

Kaixo AMA, kaixo AITA. Ya sabéis, y bien además, que hace tiempo que quería escribiros una carta. Ya sé que tenéis conocimiento de lo que he vivido estos últimos 17 años. No estoy segura de cómo… pero os siento tan cerca, que sé que estáis sintiendo lo que estoy viviendo.

Como ya sabéis, he empezado a escribirla muchas veces, y tal y como he empezado, cegada por las lágrimas, me que quedado sin poder ver lo escrito. Es tal la necesidad de escribir, de manifestar lo que tengo dentro, AMA, que incluso he puesto en marcha un concurso de redacción (gurasoeigutuna.eus). Sí, AITA, he puesto en marcha a todos los que me rodean (esa es mi especialidad), para obligarme a mí misma a escribiros. Creo que este año lo voy a lograr. No, no es que lo crea, !lo voy a hacer!. Hoy mismo, al empezar a escribir he sentido un fuerte nudo bajo la garganta, en este punto medio entre el corazón y el estómago… y he estado a punto de empezar a llorar de nuevo. Sin embargo, si en algo soy hábil es en sacar adelante aquello que me propongo, y he decidido que este año voy a escribiros. Ya han pasado 17 años, pero hay que ver cómo es el corazón, la mayoría de las veces siento que pasó ayer mismo… Hay que ver cómo se ven las cosas a los 21 años… en aquella época pensaba que al tener 50 años ya habíais vivido casi toda la vida, y ahora, a medida que yo misma me acerco a los 40, estoy empezando a darme cuenta de que, si no toda la vida, teníais delante lo que puede ser la mejor etapa de la misma.

Estos 17 años han sido muy duros. Han sido duros, sí, pero también han tenido sus buenos momentos; como la teoría del yin-yang. En las malas épocas hemos intentado encontrar buenos momentos, y a los momentos buenos siempre les hemos encontrado alguna razón para acordarnos de vosotros y sentirnos tristes. ¡Muchas veces siento que no os habéis alejado completamente de nosotras, de verdad! Porque estoy segura de que sois vosotros los que nos dais fuerza para seguir adelante en la vida. Mis hijas, dos de vuestros cinco nietos, me preguntan muchas veces sobre vosotros. Tampoco ellas entienden por qué no tienen la oportunidad de sentir ese calor de su abuela, de su abuelo. Muchas veces he sentido también que están enfadadas conmigo por lo que pasó. Como si yo les hubiera quitado la oportunidad de estar con vosotros. Y no tengo ni que decir… Yo también os echo en falta. Os necesito aquí, a mi lado.

Hasta ahora me ha faltado el valor de escribiros. Ya me he sentido culpable de vuestra muerte. Sí… muchas veces ha llamado a mi puerta la frase “yo los maté”, pero ¿sabéis algo? Con mucho esfuerzo, pero ya me he dado cuenta que eso no es así. Dicen que las personas solemos buscar culpables. Y claro, alguien que no se quiere a sí misma, ¿a quién le iba a echar la culpa de vuestra muerte? Evidentemente, a ella. Pero este último año ha sido distinto. He aprendido a quererme, AMA, he aprendido a perdonar, AITA. Primero me he perdonado a mí misma y luego perdonar a los demás ha sido tarea fácil. Estos años nos han hecho mucho daño. Por una parte, la familia, por otra parte, algún que otro “amigo”… y el mayor daño nos lo hemos hecho nosotras mismas. El perdonarnos ha sido la mejor manera del tranquilizarnos. Ya sabía yo… otra vez estoy llorando… ¡pero no! Esta vez voy a dejar a un lado las lágrimas y voy terminar esta carta que he empezado.

Me siento afortunada, afortunada porque he tenido la oportunidad de tener unos padres como vosotros. Afortunada, porque me habéis dado la mejor infancia que podía tener. Afortunada, porque me habéis ayudado a ser como soy. Afortunada, porque, aunque fueron pocos años, he tenido la oportunidad de compartirlos con vosotros. Ya no me siento culpable. Ya no me castigo AMA, estoy tranquila. AITA, estoy tranquila. Estoy triste, sí, pero estoy tranquila. Os quiero, y os echo de menos… ¡no sabéis cuánto!

Itxaro Mendizabal Amundarain
2015 noviembre

Traducción de Izaskun Egiguren Imaz –  iegigurenimaz@hotmail.com

 

 

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